La historia del
cuento
A través de la experiencia como
Tarotista, son muchas las historias que han llegado a mis oídos. He desarrollado
una gran capacidad para escuchar, lo que a su vez me ha permitido aprender
mucho. Una de las cosas que más aprecio de mi trabajo es “el cuento”. No es la
historia como tal, sino lo que precede a ella, cuando la persona entra en
disposición para hablar y dice: “ te cuento…”
Sé que te identificas con esto,
porque todas lo hemos hecho alguna vez, o tal vez muchas, quizás siempre.
Nada más sabroso que alguien se
siente al lado de uno y le diga: “te cuento amiga que…”. Ves tu celular y dice
“te cuento fulana que…”, revisas el correo electrónico y dice “te cuento que…”.
¡Qué sensación! Uno ni se imagina todo lo que puede venir luego de esos “te
cuento…”. Historias buenísimas, que te hacen reír, llorar, reflexionar,
comparar y pare usted de contar.
Cada persona
es protagonista de su propia historia. Solo desea ser escuchada o leída. Es
revivir su experiencia, saborearla, darle nuevos enfoques, entenderla. Hay
tantas cosas detrás de ese abre boca.
Un ejemplo
simple pero que me encanta:
Una amiga me
llama por teléfono y comienza: “te cuento mi Mary que fui para una entrevista
de trabajo en tal empresa. Me fue buenísimo. Quedaron en llamarme para decirme
si quedé o no. Pero yo estoy segura de que ese empleo es mío, porque el tipo
que me entrevistó estaba impactado. Me dijo que mi experiencia era muy valiosa
para el cargo que están ofreciéndome. Manita y es que yo en esta empresa donde estoy
parezco esclava, me pagan una miseria, no me reconocen, no, no, no, y ni hablar
de mi jefa que es una bicha, la compañera que me envidia todo. Te digo de
verdad que ya es hora de que tenga un trabajo en el que se me reconozca, porque
yo he estudiado mucho, no es por nada, y soy tremenda trabajadora…”
Luego de
desarrollar su monólogo, esa amiga, que no me ha dejado sino apenas contestarle
el saludo, me dice, te dejo porque llegó la
bicha de mi jefa y tengo que
colgar. Luego te llamo para echarte el cuento de lo que me digan. Y así, sin,
más, finaliza la llamada. Para mi, honestamente fue una llamada más en ese
momento, pero luego entendí que para ella había sido una especie de resumen de
su vida laboral, su emancipación, el reconocimiento de sus capacidades o
simplemente su valoración como profesional. Sea lo que fuese, ella era la
protagonista que quiso compartir su historia.
El cuento es
para mi entonces, eso que necesitamos decir, sin mucho preámbulo, porque al
expresarlo, nos vemos nuevamente en la situación, volviéndola a saborear. Sea
bueno, malo, triste, simple o como sea, el cuento es nuestro cuento.
En la próxima
entrega les hablaré de la “amigaaaaaa”! no se la pierdan.
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