viernes, 6 de enero de 2017

La historia del cuento

A través de la experiencia como Tarotista, son muchas las historias que han llegado a mis oídos. He desarrollado una gran capacidad para escuchar, lo que a su vez me ha permitido aprender mucho. Una de las cosas que más aprecio de mi trabajo es “el cuento”. No es la historia como tal, sino lo que precede a ella, cuando la persona entra en disposición para hablar y dice: “ te cuento…”

Sé que te identificas con esto, porque todas lo hemos hecho alguna vez, o tal vez muchas, quizás siempre.
                Nada más sabroso que alguien se siente al lado de uno y le diga: “te cuento amiga que…”. Ves tu celular y dice “te cuento fulana que…”, revisas el correo electrónico y dice “te cuento que…”. ¡Qué sensación! Uno ni se imagina todo lo que puede venir luego de esos “te cuento…”. Historias buenísimas, que te hacen reír, llorar, reflexionar, comparar y pare usted de contar.

Cada persona es protagonista de su propia historia. Solo desea ser escuchada o leída. Es revivir su experiencia, saborearla, darle nuevos enfoques, entenderla. Hay tantas cosas detrás de ese abre boca.

Un ejemplo simple pero que me encanta:

Una amiga me llama por teléfono y comienza: “te cuento mi Mary que fui para una entrevista de trabajo en tal empresa. Me fue buenísimo. Quedaron en llamarme para decirme si quedé o no. Pero yo estoy segura de que ese empleo es mío, porque el tipo que me entrevistó estaba impactado. Me dijo que mi experiencia era muy valiosa para el cargo que están ofreciéndome. Manita y es que yo en esta empresa donde estoy parezco esclava, me pagan una miseria, no me reconocen, no, no, no, y ni hablar de mi jefa que es una bicha, la compañera que me envidia todo. Te digo de verdad que ya es hora de que tenga un trabajo en el que se me reconozca, porque yo he estudiado mucho, no es por nada, y soy tremenda trabajadora…”

Luego de desarrollar su monólogo, esa amiga, que no me ha dejado sino apenas contestarle el saludo, me dice, te dejo porque llegó la  bicha de mi jefa y tengo  que colgar. Luego te llamo para echarte el cuento de lo que me digan. Y así, sin, más, finaliza la llamada. Para mi, honestamente fue una llamada más en ese momento, pero luego entendí que para ella había sido una especie de resumen de su vida laboral, su emancipación, el reconocimiento de sus capacidades o simplemente su valoración como profesional. Sea lo que fuese, ella era la protagonista que quiso compartir su historia.

El cuento es para mi entonces, eso que necesitamos decir, sin mucho preámbulo, porque al expresarlo, nos vemos nuevamente en la situación, volviéndola a saborear. Sea bueno, malo, triste, simple o como sea, el cuento es nuestro cuento.


En la próxima entrega les hablaré de la “amigaaaaaa”! no se la pierdan.

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